Nos volvimos silencio,
una mañana nos transformamos en nada,
en una especie de ciclo preparaste las maletas
y nos transformamos en espectadores de un viaje,
con pena,
con la alegría por tu paz,
por la de él.
Nos caímos de nuestros pedestales,
una y otra vez,
nos recordamos,
las palabras,
tus palabras,
tus ojos,
nuestros momentos.
Nos transformamos en pena,
nos vimos en el espejo,
otra vez,
la vida,
la muerte,
la pena.
Nos volvimos silencio,
entendimos unas cuantas cosas que se nos olvidaron, alguna vez.
Nos volvimos espectadores,
de tu silencio,
de tu paz,
de tu partida hacía ese lugar especial que solo una fé como la tuya puede encontrar.
Dedicado a nuestra querida Nonita, Rosario Inés Calderón Contreras V. de Tarsetti (Q.E.P.D)
martes, noviembre 06, 2007
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