Iba pensando que algo podía pasar. Caminaba por la línea roja y tú por la verde. Hay líneas que se cruzan y en una de esas, quien sabe. Pero también hay líneas paralelas que jamás se cruzan, y de pronto te veo en el cruce. Me paro. No hablo. Me ves. Sigues de largo. Yo también.
El huevón llega consternado a su trabajo cuando se da cuenta de que las líneas que se cruzan, no necesariamente terminan juntas.
martes, agosto 09, 2005
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