Estaba sentado en el Bar de Manolo, cuando en medio de dos piscolas divise cuatro ojos correspondientes a dos personas, para ser específico a dos mujeres que estaban en medio de otras dos piscolas cada una. Ninguna de ellas respondio mi insistente mirada, por lo cual tu comprenderas querido lector, que me tuve que quedar dormido sobre la barra.
A eso de las tres ó siete de la mañana un grito ó tal vez el fuerte olor a pisco que expelian las paredes del tranquilo e inmundo lugar me desperto y pude ver o tal vez sentir u oler algunas palabras que me hacian sentir tranquilo pero solo, dormido pero ansioso, abajo pero lejano.
Lo unico que me aterrizaba querido lector era sentir una sospecha, un pequeño silencio y luego algunas palabras trascendentes, a veces solo el color de los ojos que como de costumbre guardaban una industrial cantidad de deseos ,sentires y frustraciones que lo unico que lograban a esa hora era darle un poco mas de color a ese líquido transparente y vacio que fallecia encima de la barra de un bar algo abandonado.
viernes, enero 20, 2006
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