sábado, enero 28, 2006

Spejo

Entre los documentos encontre la propuesta aceptada con un timbre de color morado que me hizo recordar la portada de una última Rolling Stone (debe ser el tipo de letra).

Creo que en ese momento me paré y observe en el espejo, me puse una camisa verde y colgue la guitarra negra, tenía los ojos un poco caídos como si estuviera pensando en malas noticias, como si afuera estuviera lloviendo con 30 grados de calor, como si lo que algún día dije nunca lo hubiera dicho.

Sentía como un vacio, como si estuvieramos caminando sobre un par de tablas rotas llenas de clavos oxidados e infectados, pensaba en eso cuando los gangsters llamarón a la puerta para ofrecerme una botella de Ginebra añeja con dos cigarros cubanos que lo unico que lograron fué mandarme al piso y hacerme recordar una serie de detalles inutiles, pero inolvidables, pequeños pero deformes, míos, pero tal vez no.

viernes, enero 20, 2006

Una canción pelotuda que a nadie le gustará

Estaba sentado en el Bar de Manolo, cuando en medio de dos piscolas divise cuatro ojos correspondientes a dos personas, para ser específico a dos mujeres que estaban en medio de otras dos piscolas cada una. Ninguna de ellas respondio mi insistente mirada, por lo cual tu comprenderas querido lector, que me tuve que quedar dormido sobre la barra.

A eso de las tres ó siete de la mañana un grito ó tal vez el fuerte olor a pisco que expelian las paredes del tranquilo e inmundo lugar me desperto y pude ver o tal vez sentir u oler algunas palabras que me hacian sentir tranquilo pero solo, dormido pero ansioso, abajo pero lejano.

Lo unico que me aterrizaba querido lector era sentir una sospecha, un pequeño silencio y luego algunas palabras trascendentes, a veces solo el color de los ojos que como de costumbre guardaban una industrial cantidad de deseos ,sentires y frustraciones que lo unico que lograban a esa hora era darle un poco mas de color a ese líquido transparente y vacio que fallecia encima de la barra de un bar algo abandonado.

lunes, enero 09, 2006

La existencia y otras huevas

"Me llamo Miguel. Me gustaría comprarme un camión. Puta que soy huevón."

Con el paso de los minutos, el escrito se volvió absurdo y tú querido lector te comenzastes a confundir, comenzaste a pensar que tal vez el estúpido no soy yo, si no tú o tal vez al reves, o tal vez todo lo contrario, pero no, no, no. Es solo arroz con carne y no cebolla con sandía, es un micro bus con las ruedas abajo y no arriba (hay que ser muy huevón), es un cigarro Lucky Strike Silver (en Providencia llamelo así, si no se reirán en su cara de su pequeña ignorancia) no un cigarro con filtro por ambos lados.

Somos los conejos corriendo y cantando, pensando que somos alabados, pensando que siendo alabados nos volvemos elevados, por que para que estamos con cosas si la unica razón por la que existimos es por que queremos más (como dice Piñerrra), siempre mas, por que tu sabes no te me vayas a poner huevón y solo te vas a quedar con un camión.

lunes, enero 02, 2006

Por si acaso

Boté todos los mails y me adelante diez minutos en relación al tiempo de los demás, comencé a caminar por algunas calles llenas de productos inservibles y baratos, llenas de personas comiendo cremas heladas con jugos de colores artificiales. También me quede mudo cuando comenzaron los giros, los gritos y las ridículas caídas que sufrían seres silenciosos desde alturas grises y asoleadas, desde soledades compartidas.

Boté algunas prendas y comencé a entender de que se trataba lo que me contabas el martes trece por la noche, cuando alcance a divisar los anteojos negros de quienes deseaban matar el tiempo, de quienes se estaban consumiendo en mentirillas de chacotilla.

Boté un vaso de pisco y me tomé una cerveza tibia para probar su sabor. Y la disfrute. Y luego rompí el vaso, por que todo lo que sube tiene que bajar, todo lo que baja tiene que subir y lo que usa a veces tiene que romperse, no siempre en pequeños trozos cortantes de vidrio con olor a cerveza, pero muchas veces sí.

Cuando estoy comenzando a escribir en mi casa y el silencio abunda, me callo y escucho el sonido de lo recuerdos mas aburridos que te puedas imaginar, de no ser así me acuesto antes de que me vaya a pasar algo más divertido por la cabeza.