sábado, octubre 29, 2005

Las horas

El reloj esta marcando mis tiempos y cada vez soy mejor, cada vez que vuelvo a tomarlos siento una especie de orgullo, una pequeña complacencia con el desempeño realizado. Cuando me miro en el espejo, mis ojeras se transforman en una suerte de compañeras, una justificación por lo que soy y una excusa para volver a la realidad.

Hace algunos años atras, estaba sentado en la entrada de una gran tienda y una mujer me aseguro que me conocia, aunque todavia dudo de que haya sido así, lamentablemente no la he vuelto a ver.

Tiempo despues estaba en un bus a punto de explotar, ensimismado en mi música y en mis problemas, cuando de pronto otra mujer algo ebria, me salvo la vida al explicarme que no era conveniente estar sentado en un bus a punto de explotar.

Hace unos meses avanzaba por la escalera del ferrocarril metropolitano, cuando una tercera mujer se acerco mi lado para tocarme el hombro, sujetarme y luego contarme un secreto. La ayude y la escuche, ella acepto y tranquilamente se bajo en la estación Moneda del metro mientras yo me quedaba pensando y escuhando algunas viejas canciones sin sentido.

Un par de semanas atras estaba parado en una esquina cuando esperaba a una cuarta mujer, que caminaba seria por las concurridas calles de Santiago, no se bien si esperaba que le dijera algo y tampoco se si espero decirle algo. Bueno, ella habla, yo hablo, todos hablamos, la vida continua y el tiempo se agota, por eso mejor tómate tu tiempo antes que se agote.

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