lunes, octubre 03, 2005

Bellas Artes

Santiago salio por la ventana a comprobar el informe meteorológico, mientras el sol se reflejaba desde el frontis del Museo de Arte Contemporaneo. Algunas micros suelen hacer el ruido necesario para no quedarse dormido y para confirmar que todavia se existe.

Cuando María la del kiosco de la esquina le pregunta cuanto le debe, comprende algunos trucos sobre las mujeres, algunos pequeños inventos creados para sobrevivir.

Cuando pasan personas teniendo normales o extrañas actitudes frente al balcon comprende que algo de vida debe quedar en algún lugar.

Cuando Santo Domingo sigue existiendo entre los arboles, el sol y algunas mujeres de rostros tristes y cuerpos esbeltos, Santiago piensa que algo debe quedar por ahí, algo mas que unas cuantas carreteras de alta velocidad, o algunos simpáticos aparatos de alta tecnología comunicacional, ó incluso algunas canciones llenas de efectos sutiles, innecesarios y efectivos.

Cuando Santiago se queda sólo, sale a caminar por las floridas calles del Barrio del Bellas Artes a reconocer algunas pequeñas virtudes que parecen confirmar algo, algo como tu sonrisa, ó algunas palabras, ó toda esa tremenda gama de posibilidades que nacen entre algunos pensamientos, algunas sensaciones o incluso entre una o dos personas que se conocen a veces, en algunos lugares como el extraño y alegre Barrio del Bellas Artes.

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