miércoles, febrero 28, 2007

La maldición


Hace seis o siete años caminaba apurado a la casa de la Nona.

A eso de las tres de la tarde de un sabado otoñal, el centro de Santiago se siente menos denso que durante los días de la semana; poca gente en las calles, menos congestión y menos contaminación.

Pelo mas largo que en la actualidad.

Cigarro Life (de pésima calidad, pero mucho estilo) en la mano derecha.

Gitanas a la vista, a unos 10 metros.

Ninguna posibilidad de desvio, debido principalmente al cansancio.

Gitana (¡gitana esta embarazada!) pide cigarro.
Cigarro entregado.
Gitana dá las gracias.
Yo no quiero gracias.
¡No!, ¡la mano no!.
Gitana pide plata.
Gitana asegura que existe un billete de $10.000.
Extrañamente ese día, el billete de $10.000 está guardado en bolsillo posterior de jeans.
Arranco.
Gitana procede a arrancar un cabello.
Me devuelvo.
Gitana emite siguiente maldición "A gitana embarazada no se le deja hablando sola, vas a orinar sangre".
¡¿Qué?!
Hasta el día de hoy (para suerte mía), no se ha cumplido semejante maldición.

No hay comentarios.: