En medio de la noche descubrí que estaba tranquilo y que nada tenía mucho sentido. Me quede callado tratando de esperar que pasara algo.
Salí así, sin pensarlo mas de dos veces. Camine, me perdí, pregunte y me devolví, pero finalmente llegué.
No se en que estaba pensando cuanto te vi salir, tampoco sé que pensaba cuando abriste la puerta y entró aire frío al comedor. Lo que si sé es que la gente comenzo a caminar rumbo a sus casas y que en medio de las luces de los autos traté de mirarte a la cara para verte los ojos, pero por una parte hacía mucho frío y por otra las micros hacían mucho ruido.
La increible cantidad de kioscos, revistas, luces, ojos desorbitados, botellas vacias, borrachos, asesinos, jugos artificiales y palabras que arrojan la noche me producían una sensación de vacío, una pena inadecuada que se manifestaba en una serie de equivocaciones.
martes, agosto 15, 2006
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