En ese punto usted abre los ojos, mira al vendedor y grita lo siguiente: "¡¡Necesito emborracharme!!, ¡¡Necesito saber cuál es el maldito tamaño de mi maldita vida!!", luego tira las monedas sobre el mesón y de forma mas calma añade lo siguiente: "páguese, por favor".
El vendedor, hombre conocedor de algunos misterios de la vida, sabrá interpretar sus palabras y entregarle un camino para su respuesta que probablemente sea la sencilla promoción alcohólica que finalmente no será ninguna respuesta, sino todo lo contrario, frente a eso inventara respuestas o soluciones, o millones de palabras que n0 le servirán para nada, por que usted y sólo usted puede determinar el tamaño de su vida, de su (probablemente) medianisima vida, con la que se debería sentir conforme, o buscar sentirse conforme o feliz o todo lo contrario o a veces hecho mierda, o a veces como pleno, como solo, como lleno, como sea lo que sea que entienda, o crea que entienda, crea poder entender algo que no se debería poder entender, creer poder entender.
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