sábado, marzo 01, 2008

Re cuento

Resolvio el enigma que implicaba caminar solo por las calles, sólo a ciertas horas, sólo contigo vetida de gris.
Reviso las cuentas, los cuentos, las hojas llenas de manchas, los vasos vacios.
Espero los días, algunas horas de algunas tardes donde no pasaba mucho mas que cuarenta buses de colores verdes y blancos.
Intento escribir canciones o historias que nunca fueran muy melancólicas o muy desajustadas, porqueimaginateloquepodíanllegaradecirsivieranesaletra.
Escondio las palabras, las letras, los vicios, los escondio de todo quien quisiera conocerlo.
Encendio la radio, y despues la tele, se quedo mirando a Maura, a Kenita, a Juanita y a Pedrita.
Le bajo el miedo, luego le bajo la pena, luego la alegria y luego le toco a él.
Se encanto con los cines, las tardes de invierno, los viernes santos sin carne, el frío del otoño y los cafes cargados con cigarros fuertes que quemaban las gargantas que ya no nos importaban tanto
como antes, cuando la vida parecia otra cosa, cuando nos emocionabamos incluso con un patio lleno de lluvía, de barro, de ciruelas reventadas.
Se canso de los golpes, los gritos, los miedos, las horas, los horarios ajustados a una vida que no tiene un fin o un comienzo, de las puertas de los metros, de las caras angustiadas en las mañanas vacias, nubladas.
Y finalmente se quedo con los sueños, tus ojos, los gritos que lo despertaban en las mañanas, atrasadas, unas frases rebuscadas para explicar nada, para reirse durante horas, horas vacias, cansadas, mi amiga, horas cansadas.

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