viernes, diciembre 07, 2007

Collage

Todos a veces nos caiamos, pero como me dijo alguna vez mi abuelo, era importante no haberse hecho daño y despues de eso, pararse.

El cine, las canciones, los libros que remuevan en algo la frialdad de las calles santiaguinas, o limeñas o madrileñas, ...

Una serie de sucesos encadenados de forma incorregible por la conducta propia, las situaciones, el destino establecido en reglas que no logramos decifrar.

Los de 18 del pasaje podridos, creyendo que van a lograr algo vendiendo drogamierda para algún holgazán que considera justo tomar ese papel protagonico que alguien tiene que tomar, no los vaya a increpar, a burlar o a matar. Y bueno, droga por que se ve bien frente al espejo, ni siquiera por una decisión personal.

Gobiernos con decisiones lentas y equivocadas, preocupados de mejorar sus propios sistemas y recibir recompensas lo hagan bien o mal, gobiernos que no lo pueden hacer de otra forma que no sea lejos de los ciudadanos, que al mismo tiempo se alejan de esa derecha, que es la misma que siempre ha sido oblicua, reactiva, absurda, cegada.

Y los trabajos, las platas, que sustentan algunos sueños, que no llegan nunca.
Y los fines de semana llenos de palabras, de conversaciones contingentes, volátiles, superfluas, emotivas, cervezas, porros, cigarros, peliculas, malls, sueños de media tarde
Y en la televisión, la mujer baila, no para de bailar, pero ni tú, ni yo, ni el frutero de la esquina de Piazzolla la va a alcanzar pronto.

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