martes, octubre 02, 2007

Lejos

Parado frente a un edificio de proporciones descomunales, me quede mirando a una mujer morena que pedía limosnas con un cartel colgado al cuello desu hijo y sentí la violencia golpeandome sin preambulos.

Decidí volver al barrio viejo, a buscar el bar y encontrar esos viejos recuerdos tuyos, morena. Por que finalmente que queda de alguien como yo, cuando esta lejos de alguien como tú, sino una seríe de contornos opacos buscando una esperanza.

Con algunos años de experiencia, me había bastado para conocer el centro de la ciudad de memoría, y tenía claro que los rincones cambiaban misteriosamente de color a eso de las siete de la tarde de la mayoría de los viernes del año, peligroso día y mal horario para tipos que caminan solos buscando una luz en el camino, como tú, como yo o como todos los demas (otra vez).
"Una luz en el camino" había dicho mi abuelo y mi padre en otra ocasión.

Esa frase sepultada en mi inconsciente rebotaba, mientras te buscaba desesperado.

Te buscaba por los rincones mojados de una ciudad muerta y perdida, pero que se puede pedir de una ciudad que se hundio para que no todos supieran llegar, y para que todos los que lleguen no pudieran salir.

Tome mi cigarro y lo prendí, frente a tí.

Cuando tú mirabas los troncales iluminados, me dí cuenta de que pensabas en otra cosa, en otro lugar, en otras personas.

Lejos de mí, lejos de esta ciudad, incluso lejos de tí.

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