Las tardes en Transantiago están hechas de minutos eternos, de sol, de personas revueltas y calor, mucho calor.
Los frenos y Gonzales (ahora con s) con pena, con cara de pena.
Gonzales dejando margenes de diez centimetros alrededor suyo.
Alrededor para no molestar a nadie.
A nadie que esté al lado de Gonzales.
Y él, que tiende a las conspiraciones, a las comparaciones.
Se imaginó araña.
Veneno.
Sal.
Sangre.
Te imaginó araña.
Y el miedo en el medio.
En el medio de la noche.
En el medio de Gonzales.
La pintura reseca se caía a intervalos continuos.
Te veía araña.
La pintura negra y los vacios entremedio.
El veneno se caía.
Y Gonzales sollozaba.
El veneno no mentía.
Las murallas desvalidas.
El afiche se reía.
Y Gonzales maldecía.
Con mucha fuerza vital.
Gonzales maldecía.
viernes, noviembre 10, 2006
Arañas (o ¿viste el afiche en la pared de Matilda?)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Los Stones suenan mejor cada dia. hay que decirlo, aunque sea un post de esos donde pasó la vieja
Publicar un comentario