sábado, junio 18, 2005

La mujer (por las noches la soledad desespera)

Cuando a eso de las siete y media de la tarde hay que reconocer que comienzo a caminar rumbo al punto de encuentro. Cuando a eso de las siete y cuarenta y cinco, la veo y cambia todo otra vez, el peinado hacía ese lado es un golpe bajo. Cuando a las ocho en punto, conversamos sentados admiro cosas simples como tomarse una cerveza y su bello rostro. Cuando a las nueve nos sentamos y hablamos de temas comunes, de como esta la pega, de que cuanto tiempo más, de que fuí para alla, de que vine de aca, como sea siempre es bueno escuchar su voz aunque el volumen de la música este muy alto.

Bueno, cuando comenzó a hablar de ella, del amor y otras cosas, la pude ver a los ojos y a veces, creo, bueno, algunas cosas, si, algunas. Cosas.

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