En la televisión Carcuro no paraba de hablar futbol ingles como si el mundo dependiera de ello, a lo que Gonzales respondía mirando su vaso medio vacio o medio lleno, dependiendo de la hora del día y luego se reía de lo ridículo que era tratar de hace incapie en cualquier sensación de alegría, mientras en la pista de baile, cinco o diez parejas se movían al ritmo de extrañas melodias que se entendían.
Cambiaron la televisión para ver cualquier pésima teleserie venezolana o mexicana, y las meseras pasaban de un lado a otro, cuando Gonzales golpeo la mesa, cuando el dueño del bar se paro de su mesa, cuando Gonzales trato de cambiar su suerte esa noche, pero le calleron tres tipos encima, cuando volvio a comprobar que eso de los designios era cierto, cuando camino siete cuadras con la cara rota, con los zapatos mojados, con la camisa manchada por su sangre, cuando otra vez sintio que las esperanzas no dependian de él, cuando todo se cruzo en un punto; sus ideas políticas, las canciones, los (des)amores, la familia, las muertes, los vinos, los cigarros, los miedos, los odios, la tremenda soledad que se sentia despues de comprobar una vez mas que "ese novi del hoci no sale tan facilmente".